Myriam Nemirovsky Taber
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La
letra mayúscula tiene, entre otras ventajas: las grafías van separadas unas de
otras, y es una ventaja porque el aprendizaje del sistema de escritura está
basado en lo que llamamos la reflexión cuantitativa y cualitativa y tanto para
pensar cuántas letras hay en algo escrito como también para pensar cuáles
letras, son tengo que disponer de grafías distinguibles una a una.
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No
existe normativa alguna acerca de cómo debe ser la direccionalidad del trazo de
un escrito. Lo que importa es que cada uno lo haga cómo le resulte mejor.
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No
existe relación alguna entre trazo de direccionalidad y legibilidad.
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Para
que la escritura del niño comience a ser legible, deben escribir textos que a
ellos les interese y sean leídos por otros.
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Lo
importante de aprender a leer, es favorecer que los niños avancen en sus
posibilidades de interpretar y producir textos.
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La
tarea de alfabetizar en la lectura y escritura es avanzar en el desarrollo de
las capacidades de ésta.
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La
lectura y escritura son aprendizajes que nos van acompañando, a lo largo de
nuestra historia, y si deseamos, vamos siendo capaces de avanzar cada día más y
hacerlo de mejor manera.
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El
saber leer y escribir depende también de los tipos de texto en los que estemos
interesados.
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Lectura
y escritura son procesos de aprendizajes, con características que los
diferencias unos de otros, pero a la vez estos se retroalimentan.
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La
escuela trabaja en la enseñanza de la escritura, soliendo hacerlo sólo en las
etapas iniciales de la escolaridad y
utilizando los “métodos” los cuales contribuyen a que los alumnos
aprendan a producir textos de mayor calidad. Los métodos se ocupan sólo del
sistema.
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Un
déficit importante, es que la escuela no asume enseñar a producir buenos
textos, pero después exige que el alumno, haya aprendido a hacerlo.
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La
estética del texto, la tipografía, el color del papel y de las letras, el
tamaño de las grafías en relación con el texto, etc. son aspectos de los que nos ocupamos en estos
casos, sólo y si el texto exige ocuparse de ello.
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Para
analizar las características del sistema de escritura, a veces implica salir de
la semántica del texto y mirarlo desde sus propiedades, como sistema en sí.
Los textos no existen para
pensar qué letra va, dónde, cuándo separar o no… existen para decir, comunicar,
informar, expresar…, además, los usamos para promover reflexión cuantitativa y
cualitativa.
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